Espíritu sin nombre, indefinible esencia,

Yo vivo con la vida sin formas de la idea.

Gustavo Adolfo Bécquer.

Vamos a aquietar nuestros cuerpos, para viajar a la profundidad de nuestro silencio interior, donde espera nuestra esencia, poder manifestar su grandeza.

Pedimos la presencia de la Fuerza Cósmica Universal, del  profundo Amor de la Consciencia Cósmica, de los maestros ascendidos, especialmente del Maestro de Maestros, Jesús el Cristo y de nuestra Madre Cósmica. Pedimos la presencia de nuestra amada Hueste Angélica, y que a través de los Arcángeles: Zadquiel nos envíe el rayo violeta de la transmutación y liberación, de Gabriel el rayo blanco de purificación y ascensión y Miguel el  rayo azul de protección.

Mientras respiramos suavemente, visualizamos  los rayos que envuelven nuestros cuerpos y todo el lugar donde nos encontramos. Al mismo tiempo comenzamos a sentirnos sumamente relajados, con una dulce sensación de paz y armonía, o también de calor y energía que nos proporcionan las fuerzas superiores de Luz a nuestro lado.

Nos concentramos en la Llama Trina en el centro de nuestro corazón que irradia su Luz, expandiéndose a nuestro alrededor, y llenando nuestro ser de amor.

Es en éste momento cuando pedimos a nuestro Padre Celestial, Uno con nuestro ser, que nos ilumine en nuestro camino, en nuestras dificultades, que aparte las sombras, que nos impiden ver con claridad nuestro horizonte, que nos separa de la realidad , impidiéndonos  ser felices, disfrutar la vida, amarnos y amar que es nuestra  misión primordial.

Pedimos con total certeza de ser escuchados, que con la ayuda de los Ángeles, seremos liberados de las energías discordantes, bloqueos e interferencias que nos hemos causado, desde que fuimos idea en la mente del Creador, hasta el Aquí y Ahora, para poder elevar más y más, nuestra consciencia del alma.

Ahora, dejamos nuestra mente en silencio, y en esa quietud, preguntamos ¿Quien Soy Yo?  ..... otra vez  ¿Quien Soy Yo?.......(  permanecemos durante unos 15 minutos en el proceso)

Estamos como ausentes en el silencio infinito, y es cuando realmente estamos presente con nuestra verdadera esencia, fundidos en la totalidad del ser. No hay tiempo ni espacio, sólo somos.

Al finalizar la meditación, las preocupaciones desaparecen y aparecen respuestas divinas que nos elevan, nos aclaran y nos llena de confianza, para cumplir nuestro propósito de vida, en completa paz, seguridad y armonía, con nuestros seres queridos y con quien atraiga nuestra alma, en nuestro proceso evolutivo.

Practicar afirmación diaria, por lo menos 35 veces, mejor 70 veces.

YO SOY AMOR, YO RECIBO AMOR Y YO IRRADIO AMOR.

Extracto del taller:

"TERAPIAS HOLÍSTICAS CON LOS ÁNGELES"

VISITAR FICHA DE CONTACTO

WEBMASTER

    Fanny Carrasco Zañartu 

REGALE ESTA PÁGINA A UN AMIGO